Encapuchados queman mil 200 libros de biblioteca de la Universidad de Chile
Enviada esta información por Karin Ballesteros publicamos la noticia en la que 40 enmascarados encendieron fogatas en la calle Ignacio Carrera Pinto. Al fuego caían los libros sacados desde la Facultad de Filosofía y Humanidades para enfrentarse violentamente con efectivos de Carabineros
La facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile ya no es la misma desde que encapuchados quemaron cerca de mil 200 libros pertenecientes a una de las bibliotecas más modernas que posee esta casa de estudios.
Cerca de 40 enmascarados llegaron a la facultad a eso de las 6 de la tarde del martes y prendieron fogatas para alimentar barricadas en la calle Ignacio Carrera Pinto donde se enfrascaron en una gresca de proporciones con efectivos de Carabineros.
A esa hora la sede de Macul estaba casi vacía porque los alumnos y profesores de pregrado habían terminado sus actividades. Sin embargo, algunos guardias y docentes que permanecieron en el lugar divisaron una gran humareda negra que levantó sospechas.
Pensando que se trataba de una protesta más, las autoridades de la Facultad llegaron al otro día confiados en que nada había sucedido, pero un espectáculo dantesco los despertó de golpe.
Los guardias del recinto revisaron el lugar y encontraron cientos de panfletos que contenían consignas como “libertad a los presos políticos mapuches” o “justicia para los pueblos originarios”. Se descarta que el grupo sea integrado por estudiantes de esa Universidad.
Violencia irracional
El vicedecano de la Facultad de Filosofía y Humanismo, Bernardo Subercaseaux, ingresó a la moderna biblioteca inaugurada hace sólo un mes y confirmó que los restos calcinados pertenecían al patrimonio cultural de la casa de estudios. La instalación era el orgullo de la universidad, puesto que además de contener cerca de 300 mil ejemplares catalogados está dotada de una moderna tecnología.
“Nosotros repudiamos el uso la violencia irracional en un lugar del diálogo y el conocimiento. Sospechamos que quienes están detrás de esto no son alumnos, porque sería absurdo que destruyeran los libros con que aprenden. Mañana interpondremos una querella contra quienes resulten responsables”, dijo Subercaseaux.
Desolación
La autoridad señaló que los libros quemados correspondían a textos no catalogados que permanecían en los anaqueles del subterráneo de la biblioteca. Entre los libros quemados se encontraban los ejemplares de la biblioteca personal donada por el premio nacional de literatura Mariano Latorre.
El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, se dirigió a las instalaciones para inspeccionar los daños provocados por los encapuchados y confirmar con sus propios ojos las imágenes descritas por los docentes de la Facultad.
“Vine a estar con los académicos, para acompañarlos en su dolor y compartir nuestra consternación frente a este hecho barbárico y terrorista que atenta contra lo más sagrado que tiene la Universidad. Este es un duro golpe al patrimonio cultural reflejado en esta biblioteca”, dijo Pérez.
El rector dijo que las cenizas de los libros le recordaron los momentos más negros de las dictaduras a lo largo de la historia y que el daño es irreparable.
“Esta biblioteca es una de las más modernas del país. Pero la verdadera pérdida no es calculable en pesos. Esto es un ataque directo a la cultura de nuestro país”, declaró el rector.
Respecto a la seguridad del recinto, Pérez dijo que es muy difícil de controlar, debido a que la labor de los académicos es administrar la universidad y no enfrentar a enmascarados. LN
Jueves 30 de noviembre de 2006
La Nacion, Chile
La facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile ya no es la misma desde que encapuchados quemaron cerca de mil 200 libros pertenecientes a una de las bibliotecas más modernas que posee esta casa de estudios.
Cerca de 40 enmascarados llegaron a la facultad a eso de las 6 de la tarde del martes y prendieron fogatas para alimentar barricadas en la calle Ignacio Carrera Pinto donde se enfrascaron en una gresca de proporciones con efectivos de Carabineros.
A esa hora la sede de Macul estaba casi vacía porque los alumnos y profesores de pregrado habían terminado sus actividades. Sin embargo, algunos guardias y docentes que permanecieron en el lugar divisaron una gran humareda negra que levantó sospechas.
Pensando que se trataba de una protesta más, las autoridades de la Facultad llegaron al otro día confiados en que nada había sucedido, pero un espectáculo dantesco los despertó de golpe.
Los guardias del recinto revisaron el lugar y encontraron cientos de panfletos que contenían consignas como “libertad a los presos políticos mapuches” o “justicia para los pueblos originarios”. Se descarta que el grupo sea integrado por estudiantes de esa Universidad.
Violencia irracional
El vicedecano de la Facultad de Filosofía y Humanismo, Bernardo Subercaseaux, ingresó a la moderna biblioteca inaugurada hace sólo un mes y confirmó que los restos calcinados pertenecían al patrimonio cultural de la casa de estudios. La instalación era el orgullo de la universidad, puesto que además de contener cerca de 300 mil ejemplares catalogados está dotada de una moderna tecnología.
“Nosotros repudiamos el uso la violencia irracional en un lugar del diálogo y el conocimiento. Sospechamos que quienes están detrás de esto no son alumnos, porque sería absurdo que destruyeran los libros con que aprenden. Mañana interpondremos una querella contra quienes resulten responsables”, dijo Subercaseaux.
Desolación
La autoridad señaló que los libros quemados correspondían a textos no catalogados que permanecían en los anaqueles del subterráneo de la biblioteca. Entre los libros quemados se encontraban los ejemplares de la biblioteca personal donada por el premio nacional de literatura Mariano Latorre.
El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, se dirigió a las instalaciones para inspeccionar los daños provocados por los encapuchados y confirmar con sus propios ojos las imágenes descritas por los docentes de la Facultad.
“Vine a estar con los académicos, para acompañarlos en su dolor y compartir nuestra consternación frente a este hecho barbárico y terrorista que atenta contra lo más sagrado que tiene la Universidad. Este es un duro golpe al patrimonio cultural reflejado en esta biblioteca”, dijo Pérez.
El rector dijo que las cenizas de los libros le recordaron los momentos más negros de las dictaduras a lo largo de la historia y que el daño es irreparable.
“Esta biblioteca es una de las más modernas del país. Pero la verdadera pérdida no es calculable en pesos. Esto es un ataque directo a la cultura de nuestro país”, declaró el rector.
Respecto a la seguridad del recinto, Pérez dijo que es muy difícil de controlar, debido a que la labor de los académicos es administrar la universidad y no enfrentar a enmascarados. LN
Jueves 30 de noviembre de 2006
La Nacion, Chile
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