Una Reseña desde Madrid
Historia universal de la destrucción de libros : de las tablillas sumerias a la guerra de Irak / Fernando Báez. Barcelona : Destino, 2004
Por Agnès Ponsati Obiols
C.BIC (Madrid)
La verdad es que después de leer este libro uno tiene la sensación de que si nada de lo que en él se cuenta hubiera sucedido no habría en el mundo bibliotecas suficientes para albergar tal cantidad de documentos. Tantos han sido los casos de destrucción masiva de libros a lo largo de la historia de la humanidad y de tan variada índole, ya fuera por causas naturales o causas artificiales e ideológicas de todo tipo, que no nos equivocaremos si afirmamos que la memoria del mundo después de tanto desastre anda a trompicones. Lo primero que se me ocurrió pensar cuando terminé esta lectura, que he de confesar me ha resultado empachante por la vergüenza que produce tanta destrucción, fue: ¿qué hubiera sucedido si el mundo hubiera conservado para su civilización las tablillas sumerias, la biblioteca de Alejandría, los originales de los clásicos griegos y romanos, los manuscritos medievales que se perdieron en las quemas constantes de universidades y monasterios, las obras quemadas por los tribunales de la inquisición, los libros purgados y eliminados por los regímenes autoritarios que asolaron Europa en los últimos 60 años, o las más recientes destrucciones de las bibliotecas de Sarajevo o Bagdad? ¿Viviríamos en un mundo más civilizado, culto y educado? ¿Qué ha perdido la humanidad en este camino?
Pienso que cualquier lector que lea este libro estará de acuerdo en que todo tipo de manifestación cultural está expuesta siempre a ciertos niveles de vulnerabilidad físicos o ideológicos. El “hombre es un lobo para el hombre” que decía aquél y “... allí donde queman libros, acaban quemando hombres” que dijo Henrich Heine en su obra Almansor, 1821. La verdad es que esta es la narración de una sucesión casi infinita e ilimitada de fechorías humanas que buscando aniquilar al adversario ha eliminado primero sus manifestaciones culturales, para conseguir después en algunos casos eliminar definitivamente al hombre.
Es un libro interesante por lo prolijo y exhaustivo de la cantidad de casos que narra haciendo un barrido cronológico a lo largo de la historia universal de la humanidad. Cubre todos los periodos históricos y civilizaciones que en el mundo han sido. También es un libro triste por que nos pone delante de lo que realmente hemos sido capaces de hacer en algún momento de nuestra existencia y con las últimas narraciones más recientes acaecidas en la Guerra de Irak no deja mucho resquicio a la esperanza.
Como apunte crítico quizás señalar que se echa de menos un poco de análisis de los acontecimientos que se van narrando. Las descripciones se suceden a veces sin hilo de continuidad y sin un análisis que contextualice desde el punto de vista histórico o de las mentalidades los sucesos narrados.
En cualquier caso estamos ante un libro que se convertirá en obra de referencia sobre el tema por la gran cantidad de datos que aporta y por el trabajo de documentación que el autor ha realizado para poder escribirlo.
Aquellos bibliotecarios que hayan sufrido en propia carne, desastres por incendios, inundaciones, plagas... sentirán cierto alivio cuando vean que la mismísima biblioteca del Congreso se ha quemado varias veces a lo largo de su historia, que otras importantes bibliotecas nacionales o universitarias han perdido legados y colecciones de valor incalculable y que nadie está a salvo de nada a pesar de que las medidas de seguridad sean extremas y los tiempos que vivamos sean de “relativa paz y convivencia”.
http://www.csic.es/cbic/enredadera/boletin10/lecturas.htm
Por Agnès Ponsati Obiols
C.BIC (Madrid)
La verdad es que después de leer este libro uno tiene la sensación de que si nada de lo que en él se cuenta hubiera sucedido no habría en el mundo bibliotecas suficientes para albergar tal cantidad de documentos. Tantos han sido los casos de destrucción masiva de libros a lo largo de la historia de la humanidad y de tan variada índole, ya fuera por causas naturales o causas artificiales e ideológicas de todo tipo, que no nos equivocaremos si afirmamos que la memoria del mundo después de tanto desastre anda a trompicones. Lo primero que se me ocurrió pensar cuando terminé esta lectura, que he de confesar me ha resultado empachante por la vergüenza que produce tanta destrucción, fue: ¿qué hubiera sucedido si el mundo hubiera conservado para su civilización las tablillas sumerias, la biblioteca de Alejandría, los originales de los clásicos griegos y romanos, los manuscritos medievales que se perdieron en las quemas constantes de universidades y monasterios, las obras quemadas por los tribunales de la inquisición, los libros purgados y eliminados por los regímenes autoritarios que asolaron Europa en los últimos 60 años, o las más recientes destrucciones de las bibliotecas de Sarajevo o Bagdad? ¿Viviríamos en un mundo más civilizado, culto y educado? ¿Qué ha perdido la humanidad en este camino?
Pienso que cualquier lector que lea este libro estará de acuerdo en que todo tipo de manifestación cultural está expuesta siempre a ciertos niveles de vulnerabilidad físicos o ideológicos. El “hombre es un lobo para el hombre” que decía aquél y “... allí donde queman libros, acaban quemando hombres” que dijo Henrich Heine en su obra Almansor, 1821. La verdad es que esta es la narración de una sucesión casi infinita e ilimitada de fechorías humanas que buscando aniquilar al adversario ha eliminado primero sus manifestaciones culturales, para conseguir después en algunos casos eliminar definitivamente al hombre.
Es un libro interesante por lo prolijo y exhaustivo de la cantidad de casos que narra haciendo un barrido cronológico a lo largo de la historia universal de la humanidad. Cubre todos los periodos históricos y civilizaciones que en el mundo han sido. También es un libro triste por que nos pone delante de lo que realmente hemos sido capaces de hacer en algún momento de nuestra existencia y con las últimas narraciones más recientes acaecidas en la Guerra de Irak no deja mucho resquicio a la esperanza.
Como apunte crítico quizás señalar que se echa de menos un poco de análisis de los acontecimientos que se van narrando. Las descripciones se suceden a veces sin hilo de continuidad y sin un análisis que contextualice desde el punto de vista histórico o de las mentalidades los sucesos narrados.
En cualquier caso estamos ante un libro que se convertirá en obra de referencia sobre el tema por la gran cantidad de datos que aporta y por el trabajo de documentación que el autor ha realizado para poder escribirlo.
Aquellos bibliotecarios que hayan sufrido en propia carne, desastres por incendios, inundaciones, plagas... sentirán cierto alivio cuando vean que la mismísima biblioteca del Congreso se ha quemado varias veces a lo largo de su historia, que otras importantes bibliotecas nacionales o universitarias han perdido legados y colecciones de valor incalculable y que nadie está a salvo de nada a pesar de que las medidas de seguridad sean extremas y los tiempos que vivamos sean de “relativa paz y convivencia”.
http://www.csic.es/cbic/enredadera/boletin10/lecturas.htm
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Es un clásico del ensayo en
Iberoamerica
Luz Marina
LIMA PERU